Tarta taurina

Los regalos siempre hacen ilusión (al menos a mi me encantan) y,  si encima son personalizados, todavía agradan más. Aún recuerdo cuando era más pequeña y elaboraba mis propios regalos para el día del padre y de la madre. Esos sí que eran buenos regalos. No tenían mucho valor económico, pero estaban hechos pensando en la persona a la que iban dirigidos y salían de mi imaginación y dedicación.
Entiendo que, conforme pasa el tiempo, paradójicamente tenemos menos tiempo y la imaginación se nos va secando, por lo que cada vez más recurrimos a comprar los regalos en lugar de elaborarlos nosotr@s mism@s. Sin embargo, un regalo comprado no tiene porque ser impersonal. Hay multitud de personas que se dedican a invertir su tiempo en hacer realidad esos detalles que nosotr@s no tenemos tiempo o capacidad de hacer personalmente. Y nosotras, desde En Clave de Azúcar, nos alegramos de formar parte de esas personas que intentan hacer realidad esos regalos tan personales que esperáis regalar a vuestra gente. Por eso, con cada nuevo encargo, nos volcamos al máximo en vuestro proyecto, para que podáis ofrecer lo mejor de vosotr@s a través de nosotras.   
Menuda parrafada, ¿no? Pero ya me conocéis, cuando me dan cuerda no paro 😁 Y todo esto viene porque esta semana nos han hecho un encargo para homenajear a un papá llamado José. Además, como sabéis, también ha sido el día del padre, por lo que supongo que este regalo ha intentado englobar ambas festividades. Más concretamente (y para no enrollarme más), nos pidieron una tarta de chocolate inspirada en el mundo del toro que nosotras elaboramos con mucho arte y que hemos bautizado como tarta taurina.


Intentamos incorporar lo más característico que puedes encontrar en una plaza de toros; desde la plaza en sí misma hasta la montera o los claveles que se suelen lanzar al finalizar la faena. Sencilla pero muy vistosa (les encantó a tod@s l@s que la vieron).


Además, nos pareció muy buena idea que el albero (la tierra del ruedo) fuera de galleta triturada porque así conseguíamos una textura más real y aportábamos otro toque de sabor a la tarta. Conseguir que el capote no se cayera de la tarta fue un reto, porque pegar las cosas (con pegamento comestible o glasa)  en una superficie granulosa es bastante difícil.

Y esta tarta inspirada en el mundo del toreo no podía estar acompañada de otra canción más que de una copla. Y es que para mi, no hay banda sonora más adecuada para una corrida de toros que una copla cantada con voz rota y llena de sentimiento. Yo no es que sea mucho de toros ni de coplas, pero mi madre es una amante de este género por lo que en casa se escucha bastante y, la verdad es que, al final, acaba gustándote. Mi canción elegida ha sido A ciegas de Miguel Poveda. Os dejo un directo para que no sólo disfrutéis de la magnífica voz de este hombre sino para que también os percatéis de los difícil que es para una orquesta tocar una copla en directo (donde el ritmo te lo marca la persona que canta, no una partitura).

Yo me clavaré en los ojos alfileres de cristal

2 comentarios:

  1. Ole, ole y ole, esa tarta del ruedo con su montera y su espada, ole el capote en la plaza. Ole a esos claveles que con cariño les lanzan y las banderillas tan típicas en la plaza. Y para acompañar la ocasión la voz "del Poveda" va de lo mejor. Ole a todo, ole tú ole las manos que Dios te dió. Ooooolé :-D.

    ResponderEliminar